La Eucaristía, comunión con Cristo y con el otro

Por Alfonso González Palau.
Con este lema del próximo Congreso Eucarístico Internacional de Dublín 2012, nos acercamos al Jueves Santo.

Dios es Amor, hecho permanencia, aún por encima de los accidentes del Pan y del Vino, aún por encima del dolor, -el sufrido por Él para redimirnos a nosotros... y del dolor de la vida y de la historia-. Es el Amor que supera y vence la muerte. Cuando nos preguntamos por muertes prematuras e inocentes, por tragedias naturales y por mil circunstancias incluyendo la Vida de la Iglesia, la cuestión no es qué ocurre o que sufrimiento tan incomprensible padecemos, sino con qué amor lo vivimos y hacia qué Amor vamos.

Y Cristo, Esencia y Amor mismo, está siempre en el SAGRARIO.

El Jueves Santo revivimos y actualizamos el momento en que Jesús, en un acto de Amor, decidió por primera vez permanecer siempre entre nosotros. La celebración de la Santa Misa actualiza el Don de Amor de Dios y su entrega por nosotros, cada día, hasta el fin de los tiempos.

El Jueves Santo, el Sagrario, donde Cristo está, quedará vacío y su puerta abierta. Se traslada al Monumento Eucarístico que nos anuncia la bajada de su Cuerpo al sepulcro.

La piedad y la devoción han expresado estos misterios a lo largo de los siglos con extrema belleza pues Dios es Belleza, bajo la inspiración del Espíritu Santo y con la ayuda del Magisterio de la Iglesia. Así, según las posibilidades de cada templo, se procura reservar el Pan Consagrado el Jueves Santo fuera del Sagrario, llevándose en procesión a la llamada Urna o Arca Eucarística del Jueves Santo, usada sólo ese día y para este fin.

En la Ciudad de Linares, por avatares históricos, no se han conservado estas piezas, pero la Parroquia de Santa María posee algo peculiar, que nos engrandece: la Custodia del Corpus es en su base un antiguo y preexistente Sagrario, que el Jueves Santo es usado como Urna o Arca Eucarística: sólo ese día reserva ahí la Eucaristía, toda vez que el día del Corpus, mostrara la Hostia Manifiesta.

Este próximo Jueves Santo, al Concluir el Oficio que celebra la Última Cena del Señor, adoremos a Cristo bajo el palio de amor que lo conduce a un prefigurado sepulcro. Y miremos como el Sagrario, sin luz, queda vacío y con la puerta abierta...

Esta joya artística y sobre todo, devocional, está hecha con plata de las Minas de Linares, donado por los Excmos. Srs. D. Luis Carlos Yanguas Gómez del Castillo y Dª Pilar de La Cierva y Osorio de Moscoso. Fue labrado por Navas Parejo en la Granada de los comedios del siglo XX. De estilo renacentista compuesto como un pequeño templo, terminado en frontón, con delicadisima decoración de filigrana inspirada en grutescos, muestra en las figuras a San José (patrón del orfebre que lo hizo) y a San Luis Gonzaga (Patrón del donante). Y en el centro, en la puerta que cierra el lugar donde se reserva habitualmente la Eucaristía, -qué mejor catequesis- a Cristo Resucitado, muy inspirado en los modelos gótico-flamencos que el autor conocía y estudiaba en las pinturas de este tema en la Capilla Real de Granada.

Quedará abierto y sin luz. Y la Eucaristía se reservará en La Urna o Arca del Jueves Santo. Y veremos cómo discretamente se retiran los manteles de los altares, desaparece el signo de la cruz del templo, se vuelcan los candelabros y se retiran las flores, y sólo resplandece durante la noche el Monumento donde está el Señor.

Desde el "Gloria" de este día no volveremos a escuchar campanas, hasta el "Gloria" que estalla en el orbe en la Vigilia Pascual.

Todo irá presintiendo luto, silencio en tiempo de espera, pero con solución de continuidad.

Alfonso González Palau.